Revoluciones científicas


Revolución científica es un concepto de la epistemología y la historia de la ciencia acuñado por Thomas Kuhn en la obra La estructura de las revoluciones científicas; aunque muy a menudo se restringe su uso a una época histórica en concreto, la de la ciencia de los siglos XVI y XVII, que es el sentido en que lo usó Alexandre Koyré.
La Revolución científica es una época asociada principalmente con los siglos XVI y XVII en el que nuevas ideas y conocimientos en física, astronomía, biología, medicina y química transformaron las visiones antiguas y medievales sobre la naturaleza y sentaron las bases de la ciencia moderna.1 2 3 4 5 6 De acuerdo a la mayoría de versiones, la revolución científica se inició en Europa hacia el final de la época del Renacimiento y continuó a través del siglo XVIII (la Ilustración). Se inició con la publicación en 1543 de dos obras que cambiarían el curso de la ciencia: De revolutionibus orbium coelestium (Sobre el movimiento de las esferas celestiales) de Nicolás Copérnico y De humani corporis fábrica (De la estructura del cuerpo humano) de Andreas Vesalius.
El filósofo e historiador Alexandre Koyré acuñó el término revolución científica en 1939 para describir esta época.

El concepto kuhniano de revolución científica implica una especial relación entre las condiciones socioeconómicas y el entorno intelectual, y se entiende como el momento en que la producción científica deja de reproducir los esquemas de la denominada ciencia normal y se produce un cambio de paradigma científico.

 La estructura de las revoluciones científicas :

Thomas Kuhn, filósofo y científico norteamericano, escribió en 1962 un libro que rompió los paradigmas en la concepción de la ciencia: La estructura de las revoluciones científicas.
Según su hipótesis, la ciencia está basada en cambios abruptos y no en una evolución continua.
Esos cambios abruptos son las llamadas revoluciones científicas. La última revolución científica se dio a principios del siglo XX, con la creación de la teoría cuántica, resultado del trabajo de Planck, Einstein, Bohr, Heisenberg y Schrödinger, entre otros.
La estructura de las revoluciones científicas (Thomas Kuhn, 1962) es un análisis sobre la historia de la ciencia. Su publicación marca un hito en la sociología del conocimiento y epistemología, y significó la popularización de los términos paradigma y cambio de paradigma.
Se publicó primero como monografía en la Enciclopedia internacional de la ciencia unificada (International Encyclopedia of Unified Science) y luego como libro por la editorial de la Universidad de Chicago en 1962. En 1969, Kuhn agregó un apéndice a modo de réplica a las críticas que había suscitado la primera edición.
Kuhn declaraba que la génesis de las ideas del libro ocurrió en 1947, cuando le fue encomendado dar una clase de ciencia para estudiantes de Humanidades, enfocándose en casos de estudio históricos. Más tarde declararía que hasta el momento nunca había leído ningún documento antiguo sobre temas científicos. La Física de Aristóteles era notablemente diferente a la obra de Newton en lo referido
A conceptos de materia y movimiento. Llegó a la conclusión de que los conceptos de Aristóteles no eran “más limitados” o “peores” que los de Newton, sólo diferentes.
Enfoque
Kuhn adopta un enfoque de la historia de la ciencia y de la filosofía de la ciencia centrado en cuestiones conceptuales como qué tipo de ideas eran concebibles en un determinado momento, de qué tipo de estrategias y opciones intelectuales disponían las personas durante cierto período, así como la importancia de no atribuir modelos de pensamiento modernos a autores históricos. Desde esta posición, argumenta que la evolución de la teoría científica no proviene de la mera acumulación de hechos, sino de un grupo de circunstancias y posibilidades intelectuales sujetas al cambio.


Las grandes revoluciones científicas:

Revolución copernicana, en astronomía y física, desde Nicolás Copérnico (De revolutionibus, siglo XVI) hasta Isaac Newton (finales del siglo XVII; la importancia de Newton en la aceptación del nuevo paradigma y su fijación hace que se suela hablar de él como paradigma newtoniano). El filósofo e historiador de la ciencia Alexandre Koyré propuso el término revolución astronómica para este proceso.

Revolución darwiniana, en biología y ciencias de la Tierra, desde Charles Darwin (El origen de las especies, 1859). También suele denominarse revolución evolucionista.


Revolución einsteniana, en física, desde Albert Einstein (artículos de 1905). También suele denominarse revolución relativista.










Revolución indeterminista, que no se refiere al indeterminismo filosófico opuesto al determinismo, sino a la indeterminación: la superación de la concepción mecanicista o determinista de la ciencia, sobre todo a partir de las tres famosas construcciones teóricas de los años veinte y treinta del siglo XX debidas a Heisenberg, Schrödinger y Gödel, sobre la indecidibilidad, el principio de incertidumbre, la indiferencia y la imposibilidad de eludir la interferencia del experimentador u observador sobre el hecho experimentado u observado.


Coherencia
Uno de los objetivos de la ciencia es encontrar modelos que den cuenta de la mayor cantidad de observaciones dentro de un marco coherente. La reformulación de la naturaleza del movimiento llevada a cabo por Galilei, junto a la cosmología de Kepler, representaban un marco coherente capaz de rivalizar con el Aristotélico/Ptolemaico.
Una vez que se ha dado el cambio de paradigma, es necesario reescribir los libros de texto. La historia de la ciencia suele ser asimismo habitualmente reescrita y presentada como una suerte de proceso inevitable que conduce al marco conceptual establecido en el momento. Existe la creencia implícita de que todo fenómeno de momento carente de una explicación, podrá ser explicado en un futuro dentro del marco conceptual establecido. Kuhn dice que los científicos pasan la mayor parte de su carrera (si no toda ella) resolviendo acertijos. Y lo hacen con gran tenacidad, dado que los éxitos del marco conceptual establecido tienden a generar una gran confianza en que el enfoque adoptado garantiza que existe una solución al acertijo, por difícil que sea. Este proceso es llamado ciencia normal.
Cuando un paradigma es exigido hasta su límite, las anomalías — es decir la incapacidad de dar cuenta de fenómenos observados — comienzan a acumularse. La gravedad de éstas se juzga por aquellos que practican la disciplina en cuestión. Algunas pueden ser despreciadas como errores en la observación, mientras que otras pueden requerir algunos pequeños ajustes del paradigma actual que las explicaría en su momento. Pero a pesar del número o gravedad de anomalías que persistan o se acumulen, los científicos no pierden su fe en el paradigma mientras no exista una alternativa convincente; perder la fe en que todo problema tiene una solución equivaldría a dejar de ser un científico.
En cualquier comunidad científica hay individuos que se arriesgan más que la mayoría. Son los que, considerando que existe de hecho una crisis, adoptan lo que Kuhn denomina ciencia revolucionaria, intentando dar con alternativas a las presuposiciones aparentemente obvias e incuestionables en las que se basa el paradigma establecido. Lo que suele dar lugar a un marco conceptual que rivaliza con éste. El nuevo paradigma propuesto parecería poseer numerosas anomalías, en parte debido a estar aún incompleto. La mayoría de la comunidad científica se opondrá a cualquier cambio conceptual, y de acuerdo con Kuhn, obrará bien haciéndolo.
Para que una comunidad científica alcance su potencial necesita tanto de individuos arriesgados como de individuos conservadores. Existen numerosos ejemplos en la historia de la ciencia en los que la confianza en el marco conceptual establecido fue posteriormente corroborada. Es casi imposible predecir si las anomalías del nuevo paradigma propuesto podrán ser resueltas. Aquellos científicos que sean excepcionalmente hábiles para reconocer el potencial de una teoría, serán los primeros en preferir el nuevo paradigma. Esta etapa es seguida
Generalmente por un período en el cual hay quienes adhieren o uno o a otro de los paradigmas. Más adelante, si el paradigma propuesto logra unificarse y solidificarse, acaba por reemplazar al anterior, y se dice que tiene lugar un cambio de paradigma

Las tres etapas
El autor distingue cronológicamente tres etapas. En la primera, que es la fase pre-científica, y que se da una sola vez, no existe consenso sobre ninguna teoría en particular. Se caracteriza por presentar numerosas teorías incompatibles e incompletas. Si los individuos de una comunidad pre científica logran un amplio consenso sobre métodos, terminología, y la clase de experimentos que pueden contribuir a mayores descubrimientos, da comienzo la segunda fase, o ciencia normal. Toda ciencia puede atravesar luego, varias fases de ciencia revolucionaria.


Período de transición

Según Kuhn, el paradigma que precede un cambio de paradigma científico, es tan diferente del que lo sigue, que sus teorías no son comparables. El cambio de paradigma no es una mera revisión o transformación de una teoría aislada, sino que cambia la manera en que se define la terminología, la manera en que los científicos encaran su objeto de estudio, y acaso más importante aún, el tipo de preguntas consideradas válidas, así como las reglas utilizadas para determinar la verdad de una teoría particular. Plantea así la inconmensurabilidad de los paradigmas (imposibilidad de traducir las ideas de uno en las de otro, y por lo tanto de compararlos entre sí). Las nuevas teorías no serían, por tanto, meras extensiones de las antiguas, sino que conformarían visiones del mundo radicalmente diferentes.
Tal inconmensurabilidad existe no sólo antes y después de un cambio de paradigma, sino también en los períodos de convivencia y conflicto. Es imposible, según Kuhn, idear un lenguaje imparcial que pueda usarse para realizar una comparación neutral entre los paradigmas, pues los términos son parte integral de los mismos, y por lo tanto poseen diferentes connotaciones dependiendo de en cuál de ellos se los use. Según el autor, los defensores de cada paradigma se encuentran separados por un abismo insalvable: "Aunque cada uno de ellos puede albergar la esperanza de convertir al otro a su propia manera de ver la ciencia y sus problemas, ninguno puede esperar demostrar que está en lo cierto. La competencia entre paradigmas no es el tipo de batalla que puede ser resuelta sobre la base de pruebas. "
Según Kuhn, las herramientas probabilísticas utilizadas por los verificacioncitas son inherentemente inadecuadas para la tarea de decidir entre teorías en conflicto, dado que ellas mismas pertenecen a los mismos paradigmas que buscan comparar. De manera similar, las observaciones tendientes a "falsar" una teoría caen dentro de uno de los paradigmas que pretenden ayudar a comparar, serían asimismo inadecuadas para el caso. Kuhn insiste en que el concepto de falsabilidad no es útil para entender por qué la ciencia se ha desarrollado de la manera en que lo ha hecho. En la práctica científica, los científicos consideran la posibilidad de que una teoría ha sido “falsada” (refutada) si cuentan con una teoría alternativa creíble. En ausencia de tal alternativa, los científicos continuarán dentro del marco del paradigma establecido. Si ocurre un cambio de paradigma, los libros de texto se reescriben declarando que las teorías previas han sido refutadas (“falsadas”).
Otros cambios de paradigma entre la ciencia clásica y la ciencia moderna
En medicina y fisiología la revisión de la anatomía de Aristóteles y las teorías de Hipócrates y Galeno (teoría de los humores); por autores de los siglos XVI y XVII: Andrea Vesalio, Miguel Servet y William Harvey (De motu cordis, 1628, donde propone su teoría de la circulación de la sangre).
Superación de las matemáticas griegas clásicas de Pitágoras, Tales de Mileto, Euclides y Arquímedes; a partir del siglo XVII (Descartes, Pascal, Leibniz-Newton, cálculo infinitesimal) y del siglo XVIII (Euler, Gauss, geometría no euclidiana).
Otras denominaciones
Sin que representen cambios menos importantes, otros cambios de paradigma restringidos a una ciencia en concreto, son también denominados habitualmente "revoluciones" y a veces denominados por el científico que los protagoniza:

Revolución lavoiseriana o revolución química, por el químico Antoine Lavoisier.











Revolución lyelliana, por el geólogo Charles Lyell.












 Revolución maxwelliana, por el físico James Clerk Maxwell.











Revolución bioquímica se suele aplicar a los descubrimientos que llevaron al desciframiento del código genético y el ADN (James D. Watson, Francis Crick y un largo etcétera, en que se incluye al español Severo Ochoa).







Revolución genómica se suele aplicar a la biotecnología procedente de las investigaciones en torno al genoma (1990-2003, Proyecto Genoma Humano).








Revolución wegeneriana, en geología, desde que Alfred Wegener propone la teoría de la deriva continental en 1912, y hasta el año Geofísico Internacional de 1957.
Siguiendo la teoría de Kuhn, la próxima revolución científica se dará como resultado de alguna falla grave en las teorías físicas actuales. Desde mi perspectiva tendrá que ver con la teoría de la gravedad, la velocidad de la luz o la carga del electrón. En estos momentos, se sabe que la teoría gravitacional de Einstein no es suficiente para explicar la rotación de las galaxias ni la super estructura del universo. Una clara inconsistencia en la teoría actual. Una ruptura en el paradigma de Einstein ha sido encontrada desde algunas decadas atrás, pero la rigurosa estructura institucional y las propias normas que dirigen a la ciencia a nivel internacional han detenido avances prometedores. Actualmente, el paradigma creado a partir de dicha falla es la conocida como materia oscura, una propiedad física del espacio que no puede ser detectada por medios convencionales pero sin embargo tiene masa. La comunidad de cosmólogos se resisten a modificar la Teoría de la Relatividad General, en concreto, modificar la constante gravitacional.

Existen otras inconsistencias graves, como lo son, el tamaño del horizonte del fondo de microondas cósmico (CMB por sus siglas en inglés; quiere decir que la velocidad a la que se transmite la información en el universo joven, supera a la velocidad de la luz), la estructura a gran escala del universo o la aceleración que se observa en algunas fuentes lejanas.


PARA UN MEJOR ENTENDIMIENTO :  



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